La construcción de la represa de Inambari en Puno, por parte de capitales brasileños, con el fin exclusivo de vender energía a Brasil, marca un hito en nuestra visión nacional de desarrollo económico. A la visión colonial de desarrollo económico sobre la base del cobro de regalías por la explotación de nuestros recursos por parte de terceras potencias, se antepone hoy una nueva visión: la del desarrollo económico sobre la base de la venta de materia prima con valor agregado y la creación de productos industriales nacionales.
Si nos atenemos a la primera visión, la construcción de una represa gigantesca enInambari para la venta exclusiva de energía al Brasil es un negocio redondo que se ajusta prefectamente a nuestras necesidades. Si nos atenemos a la segunda, es justo pensar si vale la pena construir una represa hidroeléctrica de la que no podremos sacarla energía para nuestro desarrollo industrial.
En cualquiera de los dos casos, los dados políticos ya han sido echados y se conocen, aproximadamente, las características y alcances del proyecto de Inambari.
Como nada se emprende sin que los factores favorables sean mayores que los desfavorables, es muy importante hacer un balance entre las fortalezas-oportunidades y debilidades-amenazas del proyecto. Sólo de esta manera podremos estar seguros de que este enorme proyecto justificará los sacrificios que tendrán que hacerse en aras del desarrollo nacional.
Puede hacerse un balance del costo-beneficio del proyecto tomando como referencia el informe del World Bank Information Center, cuyo resumen presento a continuación:
- El estado peruano se ha comprometido a permitir que Brasil estudie, financie, construya y opere hasta seis grandes hidroeléctricas en territorio peruano para abastecer sus necesidades de energía, comprometiéndose a comprar al Perú la mayor parte de la energía producida.
- Las empresas involucradas son 5: 4 brasileñas y 1 peruana de capitales brasileños.
- La represa de Inambari, de 2 000 MW, sería la más grande del Perú.
- Se invertiría 4 000 millones de dólares en la construcción de la represa.
- Se inundaría 46 000 hectáreas de selva (aprox. la superficie de Andorra)
- En caso de concretarse, sería una de 6 centrales similares, lo que representa un total de 1 500 km2 de bosques inundados.
- El 75% de la energía sería vendida en exclusividad al Brasil por 30 años
- Como la tasa actual de crecimiento del Perú requiere de energía que ya está garantizada hasta el 2050, no es crítico que la explotación de la hidroeléctrica por parte de Brasil sea por 30 años.
- El estado peruano ganaría por concepto de regalías por la venta de la energía a Brasil.
- El canon hidroeléctrico sería el 50% del impuesto a la renta, no sería un aporte adicional.
- La explotación hidroeléctrica se sumaría a la petrolera y aurífera como principales vectores de desarrollo tecnológico.
- Por lo antecedentes de la explotación petrolera y aurífera, no se espera mejoras en las aplicaciones de las normas de preservación del medio ambiente.
- Se desplazarían 65 comunidades nativas y centros poblados.
- Se afectaría la pesca al interrumpir ruta de peces migratorios y áreas de desove.
- Se modificaría el caudal del río Inambari, sobre todo los caudales mínimos en tiempos de sequía.
- Se pagaría 200 millones de dólares al país como compensación por el impacto ambiental negativo producido.
- Se crearían rutas de penetración hacia los parques nacionales Bahuaja Sonene, con el posible incremento del cultivo de coca, tala ilegal y minería aurífera altamente contaminante.
- Acuerdos similares de Brasil con Paraguay han producido conflictos por los términos de los acuerdos de venta exclusiva de energía con precio fijo, los cuales son similares al de Inambari (Conflicto de la represa de Itaipú).
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